¿Es el hidrógeno verde la alternativa que estábamos buscando?
Desde hace décadas, el hombre es consciente del daño que provocan las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera, y por esa razón no descansa en la búsqueda de nuevas fuentes de energía sostenibles.
El calentamiento global y su impacto en la vida han obligado a la gran mayoría de los países del mundo a poner el foco en la lucha medioambiental y a diseñar hojas de ruta para afrontar el reto que supone transformar las economías tradicionales en economías “verdes”.
Con el “Pacto Verde Europeo”, Europa busca precisamente convertirse en el primer continente climáticamente neutro para el año 2050. El objetivo de este plan es alcanzar la “descarbonización” completa de las industrias a través del uso eficiente de los recursos, la restauración de la biodiversidad y la reducción de la contaminación. En este sentido, no deja de crecer el interés por encontrar fuentes de energía limpias que sean capaces de sustituir a los tradicionales combustibles fósiles.
Aunque existen varios tipos de hidrógeno, la descarbonización del hidrógeno que da lugar al hidrógeno verde se plantea como una de las posibles soluciones más ecológicas para reducir las emisiones totales de dióxido de carbono en el mundo.
¿Pero qué es el hidrógeno verde?
El hidrógeno verde es un elemento químico que se obtiene a través la electrólisis del agua, un proceso que utiliza la corriente eléctrica para separar las moléculas del agua en oxígeno e hidrógeno. Se trata de una energía 100% limpia, ya que durante su proceso de obtención y su posterior uso sólo emite vapor de agua. Y en ella se han fijado ya todas las grandes empresas del mundo. Entre los usos que se valoran para un futuro próximo, estaría su aplicación en el transporte, la industria en su conjunto y el ámbito residencial.
En España, el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) aprobó en octubre de 2020 “la Hoja de Ruta del Hidrógeno”, con la que el Gobierno pretende impulsar esta fuente de energía “para que España alcance la neutralidad climática con un sistema eléctrico 100% renovable, no más tarde de 2050”. Y en la que se define el hidrógeno renovable como una solución sostenible clave para descarbonización de la economía.
¿Podría ser entonces el hidrógeno verde la alternativa que estábamos buscando?
La respuesta no está clara. La mayor ventaja del hidrógeno es que su uso no deja residuos nocivos en el aire, a diferencia de otros combustibles tradicionales. Sin embargo, y según los expertos, el coste de producción aún es alto, por lo se deberá seguir trabajando para hacer más eficiente su proceso de obtención y abaratar los costes.
Si la demanda enérgetica a nivel global aumenta en la próximas décadas, seguir dependiendo en muchos casos de los combustibles fósiles no parece ser la mejor alternativa. Contar, por tanto, con fuentes de energía limpias será prioritario, y el hidrógeno verde está sin duda entre los principales candidatos.